lunes, 18 de febrero de 2013

ESTRÉS, DIABETES E HIPERTENSIÓN



Se necesita una dosis de estrés para hacer frente a situaciones adversas y a cualquier cambio en el estilo de vida y el entorno. Sin embargo, puede convertirse en el peor enemigo cuando se prolonga y daña la salud, en especial de las personas con padecimientos crónicos.
Los altos y frecuentes niveles de estrés en los pacientes con diabetes se asocian con la aparición más temprana de las complicaciones de la enfermedad, como retinopatía diabética, dolor neuropático y ulceraciones en los pies, entre otras.
Se ha encontrado que las personas que han sufrido un infarto al miocardio o cerebral han estado sometidas a gran carga de estrés durante años. Pero cabe aclarar que también se asocian otros factores, como herencia, falta de ejercicio, consumo excesivo de grasa y sal, y tabaquismo.
El estrés es una reacción orgánica que todos los seres vivos heredan para sobrellevar y adaptarse a las exigencias del medio. Al sufrir una elevada carga se genera una actividad excesiva en los sistemas nervioso, endocrino e inmunológico, así como en los complementarios, como el simpático (moviliza las reservas de energía en estados de emergencia) y el parasimpático (cuya función consiste en conservar y almacenar dichas reservas).
El estrés conlleva a cambios fisiológicos que dan lugar a la segregación de hormonas, como noradrenalina, adrenalina y cortisol. Las dos primeras incrementan la presión arterial, en tanto las dos últimas, principalmente, mueven la energía almacenada en el organismo (glucosa y ácidos grasos).
Esta movilización prepara a los individuos para enfrentarse al estímulo que los estresa; en personas sanas, dicha fuente de energía se utiliza de inmediato. No obstante, en los pacientes con diabetes ante la falta de insulina (tipo I) o insensibilidad a la acción de esta sustancia (tipo II) ocasiona que la glucosa recién liberada se acumule en el torrente sanguíneo.
Las personas que sufren diabetes o hipertensión, muchas de ellas consideran que la enfermedad que padecen es delicada. A lo que se suman problemas para modificar la dieta, practicar actividad física, medir la glucosa y/o la presión arterial, tomar los medicamentos y asistir a consulta médica; y por el contrario otras estima que su estado no es peligroso y lo califican como algo de poca relevancia, no se estresan pero tampoco siguen su tratamiento al pie de la letra y ello sí es riesgoso para su salud
Sin duda, el manejo y el control del estrés, aunado a la alimentación saludable y el ejercicio físico, puede ayudar a disminuir los niveles de glucosa en sangre y la presión arterial.
Asimismo, es muy importante que la familia también modifique sus actividades y hábitos. De esta manera disminuirán factores de riesgo y el afectado se encontrará en mejores condiciones.

Tomado de: http://www.informador.com.mx/tecnologia/2013/434661/6/estres-enemigo-de-diabetes-e-hipertension.htm

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