viernes, 13 de abril de 2012

Mindfulness 2


¿Qué puede aportar Mindfulness a nuestra vida?
Muchas cosas. Nos puede ayudar a serenarnos, a concentrarnos en el estudio o trabajo, a descansar mejor, a conseguir nuestros fines, a mejorar nuestras relaciones y habilidades, a conocernos mejor, a orientarnos hacia lo que deseamos, a fortalecer nuestra disciplina y voluntad, a hacer frente a los problemas y adversidades personales, incluso a aliviar los pequeños dolores físicos. En otras palabras: lograr una vida más plena y dichosa.
Mindfulness nos apremia a ser los protagonistas de nuestras vidas, nos llama a la grandeza de vivir cada instante, al encanto y a la pasión de ejercer la propiedad de nuestro ser, a la conquista de nosotros mismos, a la aventura inacabable de mirar hacia el interior.
Además, nos enseña una cosa importante, que la felicidad es cosa del día a día. Es un trabajo diario. No es una cosa del mañana, ni condicionada por lo que nos pasó ayer. El que es feliz, sabe que la felicidad está en lo que hacemos a cada momento, en nuestro trabajo, en nuestro hogar, solos o acompañados. Si esperamos que nos venga del cielo, o que nos sonría la diosa de la fortuna, o que alguien nos lo dé, perderemos la oportunidad de disfrutarla. La ocasión es única, y está aquí, en éste momento.
La felicidad humana generalmente no se logra con grandes golpes de suerte, que pueden ocurrir pocas veces, sino con pequeñas cosas que ocurren todos los días." Benjamin Franklin - (1706-1790).
Los programas de reducción de estrés y terapia cognitiva basados en la atención plena enseñan la habilidad de cultivar niveles de atención y compasión más profundos, nos invitan a responsabilizarnos más por el cuidado de nuestra salud y bienestar, esto, en si, puede contribuir a la reducción del estrés físico y mental que quizás estén contribuyendo a los factores de nuestra enfermedad.
La atención plena nos ayuda a recuperar nuestro equilibrio interno, atendiendo de forma integral a los aspectos de la persona; cuerpo, mente y espíritu. A reconocer cualquier patrón subyacente de separación, reclusión o falta de auto estima que pueda hacerse manifiesto en nuestras sensaciones físicas, emociones o pensamientos. Practicando la atención plena desarrollamos una mayor capacidad de discernimiento y de compasión. La práctica de esta atención abre la puerta hacia nuevas alternativas, nos trae al aquí y al ahora, nos invita a vivir una vida más satisfactoria.

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