Aunque el estrés laboral se conoce desde que hay trabajo y trabajadores, solo hasta hace poco se han refinado los instrumentos de medición de este fenómeno y, como no hay parámetros de medición muy homogéneos, los datos que arrojan son contradictorios y no se pueden extrapolar.
Sin embargo, el fenómeno no es despreciable y las estadísticas pueden oscilan entre el 25 y el 58% de los trabajadores. Uno de cada tres o uno de cada 2. Dependiendo del trabajo del que se trate. Como dije anteriormente, el trabajo en sí mismo no es la única variable, hay que verlo en contexto y asociarlo con el factor de la personalidad.
Dentro de los tipos de trabajos que consideramos, existen profesiones que tienen que ver con las interacciones humanas en ambientes complejos, como profesores, personal de salud, guardianes de cárceles, cuidadores de otros. Algunos trabajos son muy estresantes por el nivel de responsabilidad que conllevan, principalmente si las decisiones tienen que ver con la vida de otras personas, como lo son los controladores aéreos, los pilotos o los conductores en general.
Luego vienen los trabajos de una demanda alta en cantidad de trabajo y en exigencias de velocidad en el cumplimiento de las tares, tales como los técnicos informáticos. Muy de cerca, les siguen aquellos trabajos que tienen que ver con las finanzas de la gente, como los corredores de bolsa, los gerentes de corporaciones, los contadores o los encargados de marketing (mas severo entre más interactúen con personas).
En el resto de profesiones o actividades el nivel de estrés depende de factores relacionados con el clima organizacional, más que en la actividad en sí misma.
Tres grupos de trabajadores merecen especial consideración. Uno de ellos es el de los desempleados. Tal vez una de las circunstancias más estresantes de la vida por la grave afectación a nivel individual, de autoestima y dignidad personales, además de las innumerables alteraciones familiares y sociales que causa.
El otro es el de los trabajadores independientes, principalmente aquellos que trabajan a destajo, o que ganan según su producción individual. Como son sus propios jefes, se ponen sus propios límites o, mejor dicho, dejan de ponerse sus propios límites, llevándose a situaciones de marcada auto-exigencia, auto-explotación, con severas auto-inculpaciones cuando no cumplen sus propias metas. Los trabajadores de empresas familiares suman al estrés laboral normal y el del trabajo a destajo, las complejas dificultades en las relaciones afectivas y familiares.
Es así, como el trabajo en diferentes circunstancias o contextos implican un nivel de estrés particular para las personas que lo desarrollan, considerándose ocasionalmente el estrés, como causa de conflictos internos y externos, además de ser asociado a una disminución en la efectividad del trabajador.
Dentro del libro Manual Para la Reducción del Estrés, encontramos un capítulo dedicado exclusivamente a este tipo de estrés, y nos provee de información útil como lo son las “señales de alerta”, las cuales son importantes reconocer para lograr identificar a tiempo si necesitamos aplicar algunas estrategias útiles que disminuyan nuestro nivel de estrés, y por ende, prevenir las complicaciones tanto físicas, emocionales como sociales, asociadas al estrés.
Algunas de las señales mencionadas por el doctor Ariel Alarcón, son: Desorganización en las tareas y los roles; Marcados conflictos interpersonales entre compañeros; Bajo rendimiento; Incumplimiento de las metas y Ausencias constantes por enfermedad, entre otras.
Para ampliar la información, consulte el libro Manual Para la Reducción del Estrés.
Director: Ariel Alarcón Prada Médico Psiquiatra
Colaborador: Luz Karime Jiménez Jaimes Psicóloga
Fuentes: Manual Para la Reducción del Estrés
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