Algunas investigaciones han revelado que ha aumentado los niveles de estrés y depresión en los niños, considerando dentro de algunas de las causas tales como obesidad infantil, separación de sus padres, abusos tanto físicos como psicológicos, bullying, negligencia emocional u otros eventos traumáticos.
Dentro de algunos de los eventos traumáticos asociados al aumento de niños que padecen estrés postraumático, encontramos los accidentes de tráfico como principal factor. Así revelan científicos del Hospital Infantil de Zurich en Suiza, quienes al parecer después de realizar un estudio con 101 niños y niñas de edades entre los 7 y 16 años que habían tenido accidentes 10 días antes, encontraron como resultado que los niños pueden presentar estrés psicológico a largo plazo.
Esta investigación fue liderada por Daniel Zehnder, quien afirma: "Los accidentes de tráfico son una de las primeras causas de muerte y de problemas de salud en los niños residentes de los países desarrollados. De hecho, cada año, en Europa aproximadamente 9.000 chicos menores de 19 años mueren en la carretera y 355.000 resultan heridos... Existe una larga evidencia de que los pequeños involucrados en los siniestros pueden sufrir estrés psicológico a largo plazo",
En la revista Child and Adolescent Psychiatry and Mental Health manifiestan que una breve intervención psicológica puede mejorar la capacidad de manejar el estrés.
Dicha intervención, que consiste según el estudio en contar el evento traumático, reconstruyendo los detalles, contando qué pensaban sobre el trauma sufrido, acompañado de un proceso psicoeducativo sobre síntomas de estrés, reacciones habituales tras un incidente, sensaciones posteriores normales y cuáles no (para que pidieran ayuda a tiempo), y finalizando con recomendar no cambiar la rutina habitual después de lo sucedido.
Los resultados tras comparar niños que recibieron la atención con aquellos que no, reveló que “una sesión de sólo media hora, había un menor porcentaje de estrés postraumático en los niños que habían recibido dicha sesión psicológica”.
De igual manera, es importante tener en cuenta que dicha atención debe ser realizada por profesionales, y acompañada por un cuidador del menor. Teniendo en cuenta que aquellos que han sufrido estrés en edades tempranas, combinado con predisposiciones genéticas, pueden alterar estructuralmente el cerebro de los niños, los cuales en edad adulta tienden a ser mas propensos a desarrollar depresión, esto afirman Investigadores del Trinity College Dublin.
Desde allí, se considera relevante cuidar y proteger a los niños, de todos aquellos eventos que puedan causarle estrés y posteriormente depresión, “con medidas contra el abandono infantil y los posibles abusos, con la finalidad de evitar que estas personas padezcan depresión en su madurez y afecten de esta forma a la salud pública”.
Director: Ariel Alarcón Médico Psiquiatra
Colaborador: Luz Karime Jiménez Jaimes Psicóloga
Fuentes: Child and Adolescent Psychiatry and Mental Health; Diario El Mundo; Tendencias21 y Rosario3.
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