miércoles, 6 de febrero de 2013

ESTRÉS Y LA EDAD



Envejecer es inherente en el ser humano; La cuestión está en cómo envejecer y cuánto vivir.
Una vida sin estrés es de los principales ingredientes que aparecen cuando se habla de una receta para una larga vida. Sin embargo, ya en 1921, un estudio de Lewis Terman, de la Universidad de Stanford, rechaza esta creencia de muchos.
Entonces hizo un seguimiento a la vida de 1.500 personas, desde su niñez hasta su muerte, y estableció una coincidencia entre los rasgos de comportamiento y los acontecimientos de la vida con la forma en que los individuos prosperaron años más tarde. Durante las últimas dos décadas, este trabajo ha sido actualizado por Howard Friedman, un profesor de psicología de la Universidad de California.
“Estudiamos a aquellas personas que eran más persistentes, más trabajadoras, más involucradas y lograron más éxitos -con frecuencia las más estresadas- y nos dimos cuenta que fueron quienes se mantuvieron más sanos y vivieron más”, le explica Friedman al corresponsal de la BBC en Los Angeles, Peter Bowes.
“Quienes dijeron ‘no me estreso, me lo tomo con calma, me jubilo temprano’, registraron más tendencia a morir a una edad joven. Esto fue realmente una sorpresa, pues va en contra de muchos de los consejos que escuchamos”.
Según el estudio, un poco de preocupación es algo bueno. También se resaltaron los beneficios de la gente que ha decidido vivir una vida más concienzuda.
“Ellos tienden a tener hábitos más saludables”, agrega el experto. “Ellos son menos propensos a fumar, a beber en exceso. Pero también descubrimos que aquellos concienzudos tendían a tener más éxito en sus carreras, lo que es un buen vaticinador de una vida larga y sana”.
El proceso físico del envejecimiento es un reto para los científicos. Todos estamos familiarizados con la forma en que cambia nuestro cuerpo, pero los cambios que ocurren a un nivel celular son mucho más complejos.

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