martes, 29 de enero de 2013

MINDFULNESS Y ALZHEIMER





El mindfulness aunque se basa en ejercicios muy sencillos, implica el uso intensivo de la atención, así como el de la auto-conciencia.
La enfermedad de Alzheimer, por su parte, cursa con importantes problemas en el funcionamiento cognitivo, entre los cuales los más conocidos son los que afectan a la memoria, la atención y la capacidad de razonamiento. Las personas aquejadas por esta enfermedad neurodegenerativa podrían tener dificultades para seguir un entrenamiento en mindfulness y experimentar los beneficios de la atención plena. Pero más bien al contrario, algunas investigaciones recientes apuntan a que la práctica de esta forma de meditación puede tener efectos positivos sobre el funcionamiento cognitivo en personas con Alzheimer.
Un estudio realizado por Wells et al. (2012), en el que emplea un diseño de control aleatorio, ha encontrado cambios en la actividad cerebral espontánea en un grupo de personas con deterioro cognitivo leve, tras practicar mindfulness durante aproximadamente 30 minutos diarios a lo largo de 8 semanas. Aunque no se observó una mejoría en la memoria episódica de aquellos que habían realizado el entrenamiento, sí que había una tendencia no estadísticamente significativa- a que mejorasen sus puntuaciones en la subescala cognitiva para la evaluación del Alzheimer, así como en medidas de resiliencia y estrés.
En el contexto español, un grupo de investigadores vinculados a la Universidad de La Laguna ha realizado en colaboración con la Fundación Lidia García (Las Palmas de Gran Canaria) un estudio longitudinal a lo largo de 2 años.Todas ellas estaban recibiendo como medicación el fármaco donepezilo y las intervenciones psicológicas realizadas tenían un carácter complementario a los tratamientos que recibían.
Los participantes en el estudio eran similares en la línea base en lo que respecta a variables sociodemográficas, clínicas (años de diagnóstico, hipertensión arterial, cardiopatías, diabetes, enfermedad tiroidea, hipercolesterolemia, psicopatología y marcadores genéticos APO) y neuropsicológicas. Todos los participantes fueron valorados con una demencia leve o moderada (GDS 3 y 4). A partir de la línea base, los investigadores fueron tomando medidas semestrales referentes al grado de discapacidad y funcionamiento cognitivo.
Según Domingo Quintana, el entrenamiento en mindfulness frenaría la pérdida de la capacidad cognitiva en los enfermos diagnosticados de Alzheimer probable.
El grupo de tratamiento basado en mindfulness presentó una mejor capacidad funcional que el resto; y en cuanto al funcionamiento cognitivo, aquellos que habían sido entrenados en mindfulness o en estrategias de estimulación cognitivas se encontraban a la par, con puntuaciones superiores a las encontradas para el entrenamiento en relajación y el grupo control.
Los resultados son prometedores e indican que la práctica del mindfulness podría ser un tipo de intervención a considerar de cara a paliar o al menos ralentizar el deterioro cognitivo en enfermedades como el Alzheimer.
El uso del mindfulness en enfermedades como alzheimer está aún en fase experimental, pero de confirmarse su eficacia puede tratarse de una forma relativamente sencilla y poco costosa de favorecer el bienestar de muchas personas.


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