Toda persona se encuentra inmersa en sistemas. En primer lugar está el sistema familiar y posteriormente el individuo inicia su vida escolar ingresando a un plantel educativo que representa otro sistema, donde pasa gran parte de su vida durante las etapas de infancia y adolescencia y después empieza a ejercer su actividad laboral, vinculándose a una empresa donde como adulto pasa, también la mayor parte de sus días.
En este artículo vamos a centrarnos en el colegio, un sistema complejo al que todos hemos pertenecido ya sea como padres, maestros, alumnos, personal administrativo, locativo, etc.; en donde se generan una serie de dinámicas de funcionamiento que incluyen diferencias y dificultades de diversa índole. El trabajo sistémico en el colegio es una herramienta relativamente reciente y altamente eficaz para la solución de conflictos, donde se resalta la necesidad de coordinación y la conveniencia de colaboración entre los diversos subsistemas o componentes afectados (familia, profesorado, directivos, personal administrativo, estudiantes, etc.); por lo que el pensamiento sistémico engloba un amplio espectro de teorías, principios, métodos y técnicas, basados en la observación de que “el todo es más que la suma de sus partes” y en este caso los subsistemas como componentes de un sistema que los contiene.
Como lo menciona Sara Cobb “Dada la complejidad de la vida en los albores del siglo XXI, tenemos que orientarnos hacia nuevas teorías de conflicto que no estén constreñidas por el positivismo lógico sino que sean sensibles al contexto, a la interacción, a la cultura, al poder y al discurso”. Ya que “educar” a los jóvenes de ahora, desde la única posición de aumentar sus conocimientos, es difícil, pues se mueven en un mundo cargado de información a la que acceden fácilmente en su entorno. Pero el apoyo afectivo no lo dan Internet, ni los videojuegos; sin embargo el contacto diario, la relación, la educación en su sentido global, el profesor como referente en el proceso de convertirse en "persona", siguen estando en manos del educador dispuesto a afrontar el cambio, donde cada miembro de la comunidad académica esté dispuesto a ocupar su lugar y realizar su tarea, e integrar a los padres, pues son los mejores aliados.
El enfoque sistémico aporta soluciones rápidas y eficaces para abordar las diferentes necesidades que se generan en las comunidades educativas como dificultades de aprendizaje, interculturalidad, atención a la diversidad, problemas de conducta, nuevas estructuras familiares; complicaciones que habrán de ser abordadas por los miembros de los subsistemas, mencionados previamente, como padres de familia, profesores y directivos entre otros. Cada uno reconoce su participación en el problema y a la vez en su solución, lo que brinda claridad frente a la situación, hay cooperación dentro del equipo, los padres se interesan en los asuntos escolares, logrando así una integración de todos los subsistemas y la importancia que existe de enlazarse unos con otros en pos de una dinámica funcional que favorezca el avance de cada uno en el ejercicio de su propio rol.
En el Seminario-Taller ''Configuraciones Sistémicas en el ambiente escolar'' facilitado por BIBI SCHREUDER, los participantes aprenden a apoyar a los niños y estudiantes sistémicamente en el aprendizaje y la interacción social, y si eres parte de la comunidad educativa tu mejor opción es participar.
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