viernes, 12 de marzo de 2010

La Autoestima, Otro Antídoto Contra El Estrés

Las personas con una alta autoestima suelen ser equilibradas, serenas, alegres. Con poco estrés. Las personas con baja autoestima tienden a deprimirse y a estresarse mucho.

Pero cuidado: no se trata de hacer de usted una persona fría, arrogante, orgullosa, egoísta. Todo lo contrario. Las personas con una buena autoestima son seguras de sí mismas, firmes y, al mismo tiempo, amorosos y compasivos. La arrogancia y la intolerancia son formas de esconder déficits profundos en la autoestima. La autoestima es fruto del autoconocimiento, porque no se puede querer nada de lo que no se conoce bien. La autoestima y sus primos hermanos, la autoimagen y el auto concepto, son la expresión de la vivencia plena del self verdadero, del verdadero y auténtico sí mismo.

El doctor Ariel Alarcón, autor del libro Manual de Reducción del Estrés, afirma que “no es infrecuente que pacientes míos me pregunten: ¿Cómo puedo hacer para quererme más?” Cuando el déficit de autoestima es muy alto, generalmente es necesaria una psicoterapia o un psicoanálisis. Pero, para comenzar, los ejercicios de relajación de dicho libro son ejercicios de autoestima en la medida que implican sacar un tiempo exclusivamente para sí mismo/a, para olvidarse de los demás y concentrarse en usted, para tratarse bien, para hablarse a sí mismo/a de una forma tranquila y amorosa, tranquilizarse, darse paz, acariciarse. No son pocos ni despreciables los auto-regalos que se da cada vez que se relaja o medita.

Es posible que en diferentes ocasiones nos hayamos formado, sin darnos cuenta, ideas falsas acerca de nosotros mismos, acerca de lo que somos o deberíamos ser. Nos juzgamos negativa e injustamente. Nos encontramos relacionados con el mundo exterior, con las demás personas y con el mundo trascendente; es así como el ser humano se perfecciona al entrar en contacto con los demás aunque sin dejar su individualidad y es por esto que las acciones que él realiza lo comprometen como individuo único y a las demás personas con quien interactúa. El comportamiento de cada individuo responde a un ordenamiento de la conducta que tiene su origen en un sistema de valores que provienen de su interior y de la cultura donde se ha desarrollado, además del crecimiento biológico que lo lleva a asumir la consecuencia de sus actos y la proyección de sus metas.

Los fracasos y éxitos, los miedos e inseguridades, las sensaciones físicas, los placeres y disgustos, la manera de enfrentar los problemas, lo que te dicen que eres, lo que no te dicen, los castigos, etc., todo confluye y se organiza en una imagen interna sobre tu propia persona: tu yo o tu auto-imagen tanto física como mental.

Por eso es importante dedicarse tiempo a sí mismo, mimarse, reconocerse y valorar aquello que encuentra en sí, así como buscar la oportunidad de mejorar en aquellas cosas que considera no le favorecen o le generan dificultades consigo mismo y/o con los otros, de esta manera resolverá problemas que creyó dejar en el olvido, pero con las cuales lidia día tras día.


Director: Ariel Alarcón Médico Psiquiatra
Colaborador: Luz Karime Jiménez Jaimes Psicóloga
Fuente: Manual de Reducción del Estrés (Dr. Ariel Alarcón).

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